
Un huerto que alimenta el cuerpo… y hace crecer valores En Fundación Anepal seguimos sembrando oportunidades para nuestros niños, y esta vez lo hemos hecho de manera literal: hemos construido un huerto propio dentro del orfanato. Lo que empezó como un pequeño espacio vacío destinado a terrado, hoy es un espacio lleno de vida, colores y esperanza. En él cultivamos verduras como espinacas, tomates, coles, zanahorias y otras hortalizas que se integrarán en la alimentación diaria de los niños. Gracias a este huerto, podremos ofrecer comidas más saludables, frescas y libres de coste adicional. Pero este proyecto va mucho más allá de producir alimentos. Los propios niños son los responsables del cuidado del huerto: riegan, limpian, plantan, aprenden a esperar los tiempos de la naturaleza y se emocionan con cada brote nuevo. A través de este trabajo, desarrollan valores fundamentales como la colaboración, la responsabilidad y el compromiso con los proyectos de la fundación. Cada semilla sembrada se convierte en una lección de esfuerzo. Cada tarea compartida refuerza el trabajo en equipo. Cada cosecha celebrada fortalece su autoestima y sentido de pertenencia. Este huerto es, al mismo tiempo, una herramienta educativa, una fuente de alimentación sostenible y un espacio donde florecen sueños, aprendizajes y futuro. Gracias al apoyo de quienes creen en nuestra misión, hoy no solo alimentamos cuerpos… también cultivamos valores que durarán toda la vida.

